domingo, 1 de mayo de 2022

Reflexión sobre Los Duelistas (película)


Siempre me he sentido atraído por adaptaciones cinematográficas de novelas medievales o 'victorianas' como la película Les Miserable (1995) que adapta la novela del muchas veces menospreciado Victor Hugo.  Otras veces, me gusta lo futurista y post-apocalíptico, como Logan's Run, Star Wars y Mad Max, pero por lo general siento especial afecto por las representaciones del Siglo XIX y anteriores. Hoy quiero dejar una reflexión breve sobre la ópera prima de Ridley Scott, Los Duelistas, estrenada en el año 1977. Esta película conserva una escenografía preciosa acompañada de una ambientación romántica y llena de simbolismos de la Francia del duro y complejo siglo XVIII. Esta es una de mis películas favoritas, y no quiero dedicarle un análisis, pero si un comentario sobre lo que me ha parecido algunos conceptos que abarca, sobre todo entorno a los dos protagonistas.

Este film es una fiel adaptación de la novela "Los Duelistas" de Joseph Conrad, en ella se narra la historia verídica de como dos individuos se baten en un duelo de espadas durante años. Si estás más o menos familiarizado con este tipo de películas, sabrás que muchos la consideran como una de las más realistas en cuanto a escenografía y coreografía de duelos con espadas, y razón no les falta a excepción de algunos planos de camarada que no permiten apreciar del todo cada pelea entre los duelistas. Pero lo que sin duda te atraerá de la película será su ambientación, sentirás como si te transporta a otra época.


Me resulta curioso que Ridley Scott por esos años se mostrara tan interesado en este tipo de ambientación, siendo que sus mayores obras son Alien: El Octavo Pasajero, Blade Runner y Gladiador, pero con Los Duelistas sucede que es muy poco conocida. En español me he encontrado muy pocos comentarios analizando este film, y me parece extraño, ya que si bien no es para todos los públicos como los films que he mencionado y que me encantan, posee una fantástica ambientación unida a unas actuaciones impecables. Además, los temas que abarca no son poca cosa, son cuanto menos interesantes tomados como una reflexión. 

¿El fin justifica los medios?

Los Duelistas está protagonizada Keith Carradine como el teniente Armand d'Hubert y Harvey Keitel como el teniente Gabriel Feraud del francés Séptimo Húsares. Ambos actores destacan por una actuación fiel y natural, rebosan de vida y se meten en el papel de una manera única, casi se nota el 'desprecio que sienten ambos'. Resulta que, y para no hacer tantos spoilers, Gabriel es un duelista obsesionado que casi mata a una persona importante en un duelo. Bajo la presión del alcalde, el general de brigada Treillard ordena a uno de sus oficiales de estado mayor, el teniente Armand d'Hubert (Keith Carradine) del 3.º de Húsares, que localice a Feraud y lo ponga bajo arresto domiciliario. d'Hubert lo encuentra en la casa de Madame de Lionne, una prominente dama local, pero cuando entrega la orden, Feraud lo toma como un insulto personal. Las cosas empeoran cuando Feraud le pide a d'Hubert que "les deje escupir a Napoleón" y d'Hubert no responde a la satisfacción de Feraud. Al llegar a su alojamiento, Feraud desafía a d'Hubert a un duelo. 

El resultado no es concluyente; d'Hubert corta el antebrazo de Feraud y lo hace caer hacia atrás, golpeándose la cabeza y dejándose inconsciente, pero cuando d'Hubert va a ayudarlo, la amante de Feraud lo ataca y le rasca la cara. Como resultado de la pelea, el general destituye a d'Hubert de su estado mayor y lo devuelve al servicio activo con su regimiento. Desde este punto, la película abarca muchos temas interesante, como la complicada vida que llevaban las personas pobres (sobre todo mujeres) del siglo XVIII, la decadencia napoleónica en territorio francés, y el desprecio entre clases sociales, aunque no con especial énfasis.

Pero lo que sin duda me ha cautivado es el obsesivo interés de Feraud por concluir los duelos inconclusos con d'Hubert... ¡Duelos que se extienden nada más y nada menos que quince largos años! Así es, durante todo ese tiempo Feraud busca, manera exhaustiva, concluir un desafío del que nunca podría acabar ni aunque terminase muerto, y aquí es donde se encuentra mi reflexión general sobre lo que realmente quiere reflejar esta película; ¿Hasta qué punto a veces el 'honor' no es más que una excusa para saciar un vacío existencial? Un peso en la vida que debe ser contrariado. 


Me llama la atención ese toque nihilista y romántico que se deja ver en toda la película. Hay guerra y ambiciones, pero sobre todo la voluntad de dos hombres expuestos a un combate sin ningún sentido aparente, más que defender un "honor lastimado". Todo el escenario victoriano de una época de la ilustración, sirve como puente para exponer estos comportamientos humanos tan caóticos en una etapa de Francia colmada de hechos históricos violentos, y eso es lo que quiero desarrollar, porque hasta cierto punto me resulta fascinante.

La dicotomía entre d'Hubert y Gabriel

Desde que ambos personajes principales son presentados en la película, como espectadores nos damos cuenta enseguida de la gran diferencia que existe entre ambos tenientes. Armand d'Hubert se muestra tranquilo pero arrogante, parece siempre tener un plan para algo y le inquieta su futuro, además de estar profundamente enamorado de varias mujeres. Digamos, es un personaje romántico, lleno de ambiciones a cumplir, objetos que lograr por medio de la diplomacia y el escalar rangos. Orgulloso y maduro, piensa tener en claro que es lo que tiene que hacer y lo demuestra varias veces sin importar las consecuencias.

Teniente Armand d'Hubert.

Por otro lado vemos Gabriel Feraud, la antítesis de todo lo anterior mencionado. Si, como Armand posee un rango y llego a teniente por su gran disciplina y coraje, pero también se lo reconoce como arrogante, sumamente impulsivo e impredecible. A Gabriel se lo nota sin rumbo, pero con un rango miliar. Parece un alma atormentada por la monotonía y las condecoraciones, y al mismo tiempo pareciese estar buscando acción en su vida, esto lo comprobamos al principio de la película.

Lo curioso es que, a diferencia de Armand, Gabriel no le encuentra sentido a todo lo que el aspira. Vive porque tiene que vivir, y porque carga con un renombre que debe hacer valer. Sin embargo, cuando vemos el primer encuentro entre ambos tenientes, comprobamos en Gabriel una actitud inmadura y hasta inocente. Es casi como si de alguna forma hubiese encontrado una motivación en su vida.
 
Teniente Gabriel Feraud.

Viéndolo desde este punto de vista, es bastante extraño el personaje de Gabriel. Vive como un "burgués" pero en el fondo siente todo tipo de rechazo por lo que aspira convertirse Armand, que bien lo sabe al comprobar sus actitudes. Tal vez se ve reflejado en lo que alguna vez fue y siente frustración por no poder llegar a amar o desear de esa manera. Pero lo cierto es que Riley Scott consigue transmitir al espectador esa infelicidad por parte de Gabriel Feraud, sin una reflexión profunda sobre ello, como tal vez si haría un personaje promedio de Shakespeare por medio de algún monologo o soliloquio.

Pero dicen que los extremos suelen tocarse, por más diferente que sean. A pesar de sus grandes diferencias, ambos personajes tienen una motivación y algo que los mueve a seguir adelante. Armand busca el amor, el poder y la riqueza, lo que un hombre con recursos podría aspirar, pues es lo que supuestamente da felicidad. Por otro lado, Feraud siente que ya ha vivido todo eso, y lo que busca es la aventura, lo arriesgado, incluso si eso conlleva morir en el intento. Su sentido de honor en realidad es falso, lo demuestra varias veces en la película con sus actitudes desinteresadas, pero no cuestiona su vida, sigue viviéndola hasta volver a encontrar el punto de su motivación; los duelos a muerte.

Pero uno debe resultar victorioso. Hay una razón por la cual ambos personajes son como son. Armand no es un codicioso por nada, ve la realidad de la Francia de su época y teme por su futuro, comprueba todo el sufrimiento que le rodea y se esfuerza por su propia supervivencia y la de los que le rodea y ama. Gabriel no es solo un loco con una espada obsesionado con matar, ve en los duelos a muerte una motivación, una pasión que oculta con honor. Ama el combate, pero lo hace con gran frustración y rodeado de un vacío existencial que lo lleva a realizar acciones imprudentes y sumamente caóticas. Sea como sea, ambos personajes me resultan fascinantes, cada uno nos deja pensando en la naturaleza del ser humano, y lo que tiende a moverle para seguir existiendo, más allá de todas las contradicciones evidentes.

El romántico "honor" nihilista

Esta clase de duelista ¿Por qué pelea? El honor es una convicción y el respeto un valor. Ambos parecen estar en juego durante un duelo. Pero más allá del orgullo y lo caballeresco, hay algo romántico y naturalmente nihilista en este acto vengativo camuflado de supervivencia. En realidad, Gabriel no quiere que su oponerte caiga, lo que busca es pelear hasta el final, y ese final no lo termina de satisfacer, porque su oponente debe caer de una determinada manera. Debe, en todo caso, exhalar su último aliento casi como se te pasa por la mente; luego de dar lo "mejor" de sí.


Pocos actos se sienten tan vacíos y nihilistas como este; vives buscando una razón, no para probarte con otros, sino para pelear porque si no lo haces, no es que no sobrevivas; dejas de ser lo que eres, se deshace tu esencia y la razón/motivación que te mantiene vivo. No existe el honor, no existe el respeto para este duelista, estos son solo complementos que ocultan el verdadero rostro del caballero. Esto me resulta fascinante a la par de trágico, porque es como si se buscara la muerte y que durante los momentos de "no acción" se viviera de manera mediocre y casi decrépita, casi por casualidad y con un profundo y doloroso aburrimiento. En pocas palabras; para un duelista como Gabriel, la vida comienza y termina en un duelo, independientemente de si el resultado final es favorable a él o no.

Y d'Hubert, un personaje que se muestra algo egocéntrico y distante de los sentimentalismos que le pueden nublar la vista de sus objetivos centrales que es aumentar su riqueza y poder buscando una prometida de alta cuña, al principio le da el gusto a Gabriel de batirse en un duelo, pero a lo largo de la película, vemos como poco a poco se le agota la paciencia y al final, cuando Gabriel supera los límites y es encarcelado, el mismo lo libera con la esperanza de que dicha acción (sin que él lo supiese) lo librase de la necesidad de buscarlo. No así surgen las cosas, porque al contrario de lo que él esperaba, Gabriel nuevamente lo encuentra y lo reta a un último duelo.

Lo que probablemente más me impacto fue el desenlace final de la película. Esperaba que uno de los dos muriese y que por fin terminara la odisea, pero en vez de eso, ocurre algo más fascinante. En efecto, en el duelo final con pistolas d'Hubert vence a Gabriel, pero no lo mata físicamente, dispara al aire y dice "te he matado" y añade lo siguiente:

"Me ha mantenido a su entera disposición durante quince largos años. Nunca más haré lo que me pide. Según todas las reglas del combate singular, desde este momento su vida me pertenece. ¿No es eso correcto? Entonces simplemente lo declararé muerto. En todos sus tratos conmigo, me hará la cortesía de comportarse como un hombre muerto. Me he sometido a sus nociones de honor durante bastante tiempo. Ahora se someterá al mío". -d'Hubert.

Todo lo que viene representado el personaje de Gabriel a lo largo de la película muere en tan solo un instante, para siempre. Y si bien de manera literaria, d'Hubert acabo con la única razón por la cual Gabriel vivía y ante el muy simbólico ocaso, termina por aceptar una dura verdad; lo que vino persiguiendo durante años ya no tiene sentido, al igual que su existencia.

Gabriel Feraud observando el ocaso.

Este final resultó para mi muy emotivo porque se deja a interpretar lo que sucede con Gabriel, si termina quitándose la vida o no, ya que solo lo vemos presenciar el ocaso luego de una gran tormenta. Es posible que el final sea una metáfora o referencia al final de la vida de Napoleón, hay varias pinturas que se lo muestra en esa pose en la isla en la que termino falleciendo. Sea como fuese, si Gabriel vive, en realidad está muerto, ya que debe vivir con el hecho de que el hombre que busco durante largos años, no solo le perdono la vida, sino que también le quito el sentido de su existencia y todo en un instante preciso y bastante romántico. 

Tal vez la muerte no hubiese supuesto algo tan terrible como eso. Me gusta pensar que al final Gabriel comienza una nueva vida, alejado de lo bélico, alejado de su ansia por los combates desmedidos. Cuesta imaginarlo, pero es posible. Los Duelistas es una película preciosa, una auténtica obra de arte rica en ambientación victoriana, escenografía y banda sonora, pero sobre todo, con un argumento tan interesante como cotidiano. Gracias por leerme.

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