Al igual que la pintura, la fotografía en general (para mí especialmente la antigua) tiende a ser un filtro de la realidad muy interesante. Lo interpreto como un velo romántico sobre una escena o un hecho concreto que le da un aspecto diferente al real. Es obvio razonar en que en este caso concreto dicho bosque no se veía de esa forma o no tenía ese aspecto, pero lo que atrae es ese color sepia antiguo y difuminado que le da un aspecto sombrío y lejano. Así se capturó esta escena, se la inmortalizo y de paso se la altero para siempre, al punto de que sería improbable imaginarla de diferente manera. Considero que en la medida de lo justo algunas pinturas y fotografías son mucho más bellas que la realidad, sin duda las prefiero por encima de ella. Romanticismo, supongo.
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