martes, 11 de febrero de 2020

ULTIMO VUELO

Fiat C.R.42 Falco estrellado en Francia, 1943.

Contempló la muerte, y la muerte me contempla a mí; muchas veces somos y seremos lo que en un principio no deseábamos ser. Muchas serán las veces en las que todo finalizará cuando creíamos que solo estaba comenzando.

La guerra contra el destino no se puede librar sin antes haber creído en ella como un acto de rebeldía, mas también muchas veces como un acto propio de negación pura de la realidad. La rebeldía puede entonces ser tan bien una condición heroica, despierta coraje y también empatía, pues cuando uno vuela muy alto sobre si, teme más por la vida que por la muerte, siente realmente que debe entregarse, pero inevitablemente se niega el destino. Solo cuando alcanzamos nuevamente lo terrenal, -lo mundano- lo comprendemos, pero solo si es que aún nos queda una pizca de alma para meditarlo.

No se puede escapar del destino ni de lo que uno es, pero se puede morir habiéndolo intentado. Entonces, un último vuelo sobre el abismo, incluso a sabiendas de que la realidad espera pacíficamente a derribarnos.

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