martes, 24 de diciembre de 2019

Suplicas de una vida

"Det syke barn" (1885) ole sobre tela de Edvard Munch.

Sussex, año 1876.

Como todas las oscuras noches, una joven suplica al señor:

Líbrame señor de una vida eterna. Libérame de la inmortalidad; haz que esta solo sea una terrible pesadilla a la que negar en vigilia. No permitas oh señor que el tiempo me maltrate; no permitas que este traiga vejez y más enfermedades. Libérame de ser feliz; pues cuando lo soy, siento apego temporal por una vida a la que no le debo pleitesía, y eso es sufrimiento. Libérame también de perecer lentamente; pues eso trae consigo mucha dolencia a aquellos que alguna vez me quisieron, y eso también es sufrimiento. Trae no solo la espada y el fuego, trae consigo también el descanso eterno y onírico para mi pesada conciencia.

Te imploro oh señor a solas y en silencio; no permitas a mis ojos ver una nueva mañana, haz de mi alma tu voluntad, y apiádate por fin de mi sufrimiento, por mi bien, pero sobre todo por el amor que les guardo a quienes mas amo.

Señor mio, mantén esta noche, como todas las demás largas y osadas noches, alejados a los demonios del eterno retorno, no permitas que estos invadan mi descanso. 

Amen.

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